Marta Abadía, Eco-feminista, Poetisa, Relatora
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Danzan los sonetos

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Encuentro

Me apropié de tu casa y de tus luces,
sin quererlo, me he quedado con tu sombra,
y en ascuas, en tu voz, cuando me nombra,
me abismas, me deshaces, me seduces.

Tú sabes conducirme y me conduces
con besos. Tu palabra me transforma,
se apropia de mi pulso y me lo asombra,
volcada en el abismo que me induces.

Hicimos el amor. Nadaba urgente
en ti (yo tú, tú yo), y mi epicentro,
puso leves caricias en tu adentro
y el alma vulnerable de repente.

Hicimos el amor. Probablemente,
un eco de mi calma y el encuentro
y amarte así, y estar junto a tu centro
lograron serme entera en tu presente. 

La boca urgente se llenó de espigas,
y las leves manos, de caricias olas,
y los dulces ojos, de maná y de migas,
y mi escrito blando por tus palmas solas
y el corazón dulce, galopando aurigas,
derramaron soles en las amapolas.

Y entonces tú, con tus caricias fagas,
y yo, perdida en tu simiente cuna,
encendimos ascuas y chispitas magas
y mi ser de nube y tu canción de duna
y mi alar de flores en tu piel aulaga
desgranaron miel y murmuraron luna.

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