Marta Abadía, Eco-feminista, Poetisa, Relatora
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Gratitud

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Paso horas sintiéndote conmigo,
pensando en tu medida y tus supuestos
y, en lo hondo, guardándote en mis gestos,
soñando, amor, queriendo irme contigo.

Te sigo por las calles, te persigo
y tengo pensamientos manifiestos
de irme y de quedarme, en los expuestos
"hacerme y deshacerme", y lo consigo…

Con sangre blanca y con tu luz amada,
coso a mi ser cariños que me diste
y el alma y las ternuras que me hiciste
me devuelven a mí, toda besada.

Empapada de ti, en tu voz pintada,
pendiente de tu ser, ¿no me sentiste?
En las cosas que eliges y dijiste
se queda mi razón encabalgada.

Me presento sin cara ni apostura,
tejida de raíces, convertida en hiedra,
un charco de candor en la cintura.

He crecido y, desmigando piedra,
quedo enraizada en toda mi altura
sorbiendo miel que en la garganta medra.

Camarada, amormío, mi contento:
eres mi campo, mi sol y mi ola,
mis mapas, mis estrellas y mi viento.

En la rada de mi patio, una farola
ilumina el impulso de tu aliento
y mi alma rola, rola, rola, rola. 
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