Amor de primavera
Después de pernoctar en la frontera
que el ala de los pájaros acuna
sellando la conciencia de la luna
con sellos de templada y dulce espera;
después de salpicarme la primera
mojada, maleable y blanca duna
que crece y se alimenta donde aluna
el cálido vaivén de primavera:
te siento, amor del alma inacabable,
te siento fe de la esperanza mía,
te siento sed de serme interminable.
Y, henchida de tus sumas, llevaría
mi sed de ti, mi aliento irrevocable,
a ser tú yo, yo tú, mi poesía.
que el ala de los pájaros acuna
sellando la conciencia de la luna
con sellos de templada y dulce espera;
después de salpicarme la primera
mojada, maleable y blanca duna
que crece y se alimenta donde aluna
el cálido vaivén de primavera:
te siento, amor del alma inacabable,
te siento fe de la esperanza mía,
te siento sed de serme interminable.
Y, henchida de tus sumas, llevaría
mi sed de ti, mi aliento irrevocable,
a ser tú yo, yo tú, mi poesía.