Marta Abadía, Eco-feminista, Poetisa, Relatora
  • Mi trabajo, mis libros
    • PRESENTACIÓN
    • Capítulo I: Un país para un sueño
    • "De Lambrini a Lambrini"
    • De "Vivir es un laberinto"
    • De: "Cruces y nombres"
    • Capítulo I: El canario desnudo
  • Filosofía
    • Sobre la poesía
    • Qué es para mí escribir
    • La literatura, un espejo
    • Decir poetisa
    • ¿Qué es "política"?
    • Carta abierta a "t" mayúscula
    • Feminista
    • Pisos de control
    • Juego Perverso
    • Eco-feminismo
    • ¿Quiénes somos las personas?
  • Poetizando
    • Lluvia en mano
    • A mi hermano José María Munuera, muerto el 9 de julio de 2015
    • El túnel de tu nombre
    • Veintiuna palabras
    • ¡Feliz día, Mujeres!
    • Hasta siempre, hermana
    • Carta del mar
    • Meditación
    • Saber amor
    • Llegó el invierno
    • Pensar en ti
    • Gratitud
    • Tu, mi almohada
    • Yo te siento, barca
    • Amarte, amor
    • Tu, mi espejo
    • Tu mi viaje
    • Soy tu-soy
    • Buen día
    • Entibiar el invierno
    • Canción de otoño
    • Yo te sigo, inspiración
    • Yo te sigo, camino
    • Yo te sigo, estrella
    • Yo te sigo, ruta
    • Yo te sigo, compañía
    • Yo te sigo, mi vida
    • Yo te sigo, mi amor
    • Yo te sigo
    • Tal como somos
    • Amar en otoño
    • Nostalgiar
    • Resucitar
    • Duelo
    • Encuentro
    • Amor mío, miamor
    • Miamor
    • Corazón habitado de caléndulas
    • Estado de gracia
    • Color
    • Abrazo
    • Beso
    • Amor de primavera
    • Manual de instrucciones
    • Dialemando
    • Lago de mar
    • Mujer
    • Noria del mar
    • Carta a un presidente que declaró la guerra
  • Relatora
    • Cajas
    • La cometa y el dragón
    • Espejo
    • Ser amarga
    • Salvando a Irma
    • Dos microrrelatos
  • Niñes
  • Blog de noticias
  • Blog de historias
  • Datos
  • Enlaces y contacto

cuenta tu historia

4/3/2014

1 Comentario

 

Una historia para fijar el alma

ImagenTappu glass. Japan
Hace un par de años, en mi grupo de gimnasia para la tercera edad, conocí a Ernestina. Tenía ¡90 años! y la mujer se estiraba y jugaba a la pelota por la nave del gimnasio tratando de igualar el récord del viejo más viejo del grupo -detrás de ella- que tenía 79.

En el gim, yo solía ponerme a su lado, porque su presencia me inspiraba y porque cuando le dolían los huesos, se agarraba a mí riendo y exclamando cosas como: "¡Tú que eres joven, puedes saltar, pero yo no te dejo!". Estamos hablando de un grupo de jubilatas haciendo ejercicios de paseo rápido y estiramientos con bolas y palos de escoba, no de atletas compitiendo por el récord; es decir, que yo de joven, nada. Pero, claro, ella sentía que "no me dejaba", porque, a veces, el dolor de sus articulaciones le hacía difícil caminar, y, entonces, ella apoyaba todo su peso sobre mí. Lo importante es que, con dolor y todo, ella reía siempre y no cejaba en su empeño de vivir.

Un día, fuimos a la piscina. Nuestro monitor, que se llamaba Enrique y era muy marchoso, pensaba que "sus" viejitos teníamos que nadar. Y en el camino de la piscina que, como vivimos en pueblos dispersos, nos pilla lejos, en el bus, Ernestina y yo nos sentamos juntas. Ella, a su estilo, se agarraba a mi mano y decía: "Si viene una curva fuerte, me sujetas; pero no demasiado fuerte, que me duelen los huesos". Ernestina, pensaba yo ¿y el agua te sentará bien? Sin preguntarle nada, me respondió espontánea: "A mí el agua me sienta estupendamente. Porque nací en el río y porque en el mismo río maté a un tipo que me quiso violar".

Os lo imagináis: me dejó boquiabierta, medio paralítica mental, obturada. Y en mi silencio, durante todo el camino, me contó su historia entera, llena de pormenores y anécdotas y mensajes sabrosos.

Al terminar, me dijo: ¿Tú no eres escritora? ¡Pues, hala, ahí tienes, una novela! Escríbela. Y, añadió: escríbela para fijar mi alma.

La historia de Ernestina es el tema de mi próxima novela. Así, escribiéndola, como ella quería, estoy tratando de fijar su alma a la mía, fijarla al mundo, sujetarla fuerte, para que no se escape de entre nosotros.

Si tienes una historia, te invito aquí a contarla. Te animo con todas mis ganas a compartirla.
Cuenta sólo lo que tú quieras contar. 
Y, luego, si te apetece, como escritora, anímame a ayudarte a fijar tu alma.


Imagen
Iran. www.kanoonintl.com
1 Comentario

    escribe:

    Marta Abadía

    Archivos

    Abril 2014

    Categorías

    Todos

    Fuente RSS

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.